La
evaluación es un sin duda alguna un aspecto fundamental en nuestro quehacer
diario. Va más allá de la simple toma de decisiones, es un principio que
subyace la naturaleza misma del ser humano. Evaluamos para sobrevivir y nos
evalúan para determinar nuestro nivel de conocimiento y pericia, es un proceso
cíclico que conlleva el aprendizaje. El ejercicio de la práctica profesional
docente no escapa a este concepto, más bien se basa en el mismo – es decir, se
cimienta en la evaluación. Además, la evaluación académica es una práctica
absolutamente necesaria para mejorar y comprender los procesos de
enseñanza-aprendizaje. Es aquí donde la evaluación se convierte en un
fundamento que provee un marco conceptual que permea todas las actividades y
decisiones en el proceso de enseñanza-aprendizaje desde la concepción misma del
enfoque curricular hasta las implicaciones técnico-administrativas de dicho
proceso. Este resumen explora algunos constructos significativos de la
evaluación como criterios para evaluar para aprender en los procesos de
enseñanza-aprendizaje. El mismo se divide en las siguientes secciones: 1-
definición de conceptos relevantes 2- resumen de criterios para evaluar para
aprender y 3- conclusiones.
Definición de conceptos
relevantes
Esta
sección ofrece información relevante sobre los conceptos más importantes de
este resumen. Es imperativo repasar el concepto de evaluación y sus
características subyacentes. Es claro que la evaluación es absolutamente
necesaria para el correcto funcionamiento de las instituciones educativas y de
la sociedad misma como un todo. La dimensión evaluación-aprendizaje juega un
papel determinante en el desarrollo socioeconómico de nuestras sociedades
modernas. Aquí proveo mi definición del constructo de evaluación. Entiendo esta
como un conjunto de principios y normas sistemáticas que buscan determinar la
comprensión de los saberes. La evaluación se caracteriza por ser un proceso
amplio de recolección e interpretación de información con fines pragmáticos. Aquí
resulta indispensable recalcar que la evaluación va más allá de una simple
calificación, provee datos e información que alimentan y guían los actos
educativos y sus disposiciones. Sobre el concepto de evaluación, Sanmartí
(2007) provee las siguientes características:
·
Recoger información, sea por medio de
instrumentos escritos o no, ya que también se evalúa, por ejemplo, a través de
la interacción con los alumnos en gran grupo, observando sus caras al empezar
la clase, comentando aspectos de su trabajo mientras lo realizan en clase, etc.
·
Analizar esa información y emitir un
juicio sobre ella. Por ejemplo, según la expresión de las caras que hayamos
observado, valoremos si aquello que teníamos como objetivo de trabajo de aquel
día será difícil de conseguir.
·
Tomar decisiones de acuerdo con el juicio
emitido. (Sanmartí, 2007, p. 20)
Ahora
bien, analicemos algunas ideas que se desprenden de estas características. La
primera es que este proceso es en definitiva holístico e inclusivo, ya que toma
en cuenta pruebas, interacciones, comunicaciones y actitudes de los actores del
proceso educativo. Luego de analizar la información, esta permite la toma de
decisiones y sirve de base, da luz y guía sobre los pasos a seguir. Asimismo,
la información recolectada sustenta esta toma de decisiones dejando poco
espacio a las improvisaciones. Aquí se repasaron los conceptos más
significativos de este resumen.
Resumen de criterios para
evaluar para aprender
En esta sección se
consideran los criterios más importantes para evaluar para aprender.
·
Criterio #1: Evaluación como parte de un
todo, y no un fin en sí mismo. Este es quizás el criterio más trascendental al
considerar la evaluación como parte de un todo, y no un ente separado. Los
procesos evaluativos son una consecuencia natural de los actos educativos, y
como tal, son una progresión del salón de clases y las interacciones que aquí se
dan (Brown, 2005).
·
Criterio #2: Inclusión en los procesos
educativos de la autoregulación y la autoevaluación. Si la evaluación esta
conceptuada como generadora de conocimiento, entonces es lógico que la génesis
misma de los procesos educativos este centrada en la enseñanza y aprendizaje
para la vida, no para un momento puntual como una prueba de conocimiento. Aquí
la autoregulación y la autoevaluación resultan naturales dando protagonismo a
la enseñanza centrada en el estudiante. Aquella noción del profesor proveedor
de información queda totalmente de lado, dando paso a una mediación pedagógica
más integral: estudiante-estudiante, estudiante-docente, estudiante-materiales.
Es claro que el estudiante es el centro del proceso y debe necesariamente
desarrollar actitudes críticas y reflexivas para poder auto guiarse (UNED,
s.f.). Finalmente, “los alumnos aprenden mucho más cuando se autoevalúan o son
evaluados por sus compañeros, que cuando es el profesorado quien detecta las
dificultades y propone cambios” (Sanmartí, 2007, p. 66).
·
Criterio #3: La evaluación como precursora
del aprendizaje. Este criterio es fundamental ya que de la misma evaluación
nace la inquietud de valorar y medir lo aprendido para la toma de decisiones.
En relación con este criterio, Sanmartí (2007) indica:
La
evaluación, entendida como autoevaluación y coevaluación, constituye forzosamente el motor de todo el proceso
de construcción del conocimiento. Constantemente, tanto los que enseñan como
los que aprenden tienen que estar obteniendo datos y valorando la coherencia de
las ideas expuestas y de los procedimientos que se aplican y, en función de
esta información, deben tomar decisiones sobre la introducción de posibles
cambios. (Sanmartí, 2007, p. 23)
De
aquí destaco que tanto la autoevaluación y la coevaluación generan información
y datos para valorar el conocimiento para continuar con el proceso educativo o
tomar nuevos horizontes.
·
Criterio #4: El aprendizaje significativo
como generador de conocimiento. En el tanto los docentes promovamos el
aprendizaje significativo, este proveerá un andamiaje social que permitirá al
estudiantado nuevas interconexiones del conocimiento nuevo con experiencias
previas, para generar un aprendizaje más real y vivencial – aprendizaje que
perdurará en el inconsciente colectivo de muchas generaciones. En mi
experiencia profesional, este criterio es absolutamente fundamental para que
los estudiantes puedan conectar experiencias previas con el conocimiento nuevo.
Básicamente, porque la enseñanza del inglés como lengua extranjera se basa en
aspectos socioculturales para el desarrollo de la competencia comunicativa
(Bula, 2015).
·
Criterio #5: Evaluación formativa y
continua para la vida. ¿Cuántas veces habremos estudiado para pasar una prueba?
He de admitir con cierto grado de tristeza y preocupación, que no fueron pocas
veces. Si tomamos la educación como un ensayo para nuestro desempeño en la
sociedad, es claro la evaluación debe responder a principios integradores que
preparen al estudiantado a lidiar con los grandes problemas sociales que hoy
enfrentamos. Álvarez (s.f.) resume este concepto al afirmar:
Para
decirlo a modo de declaración inicial en este apartado, que tomo como hipótesis
de trabajo, podría enunciar el propósito de partida en este punto del modo que
sigue: piense la evaluación como un ejercicio de aprendizaje y actúe en
consecuencia. No sólo aprende el alumno cuando estudia o cuando el profesor
explica. También cuando es evaluado debe aprender y lo hace más mirando a las
posibilidades de futuro que a la comprobación de resultados pasados. Para ello,
el profesor necesita recoger información, como paso previo, aunque ése no es el
objetivo pues la evaluación comienza a partir de ella. El profesor la debe
buscar por cualquier medio –descubrir cuál es el más adecuado a las
circunstancias y condiciones en las que trabaja, las más ajustadas a su
contexto y a sus propias convicciones, es responsabilidad del propio profesor.
Lo importante es no olvidar que el recurso que emplee es un medio, no un
fin. (Alvarez, s.f., p.12-13)
Coincido
con el autor en el papel clave que juega el docente en esta concepción de la
evaluación. Si por algún motivo el docente no cumple esta labor, el proceso de
educación bien podría limitarse a una simple medición sin ningún tipo de
análisis concienzudo de la realidad educativa. Finalmente, al comparar esta
concepción de la evaluación antes descrita con los demás autores, se llega a la
conclusión de que son complementarias al concebir la evaluación como parte
integral de los procesos de enseñanza-aprendizaje.
Criterio
#6: Trabajo colaborativo para aprender a aprender. Son innumerables las veces
que como docentes nos hemos apoyado en otros colegas, estudiantes,
administrativos, padres de familia y la literatura pertinente para solucionar o
identificar alguna debilidad. Colaboramos unos con los otros para construir
juntos el conocimiento, de igual forma este criterio es fundamental en el aula
para aprender a aprender. Definitivamente la educación bancaria que en algún
momento explicara el maestro Freire queda de lado en nuestras sociedades
informatizadas, no más tabulas rasas por estudiantes. Todo lo contrario, el
manejo y acceso a la información por parte de los estudiantes es hoy más que
nunca pertinente y oportuno desde casi cualquier dispositivo móvil. Es
precisamente aquí, donde los docentes utilizamos este conocimiento previo para
construir colaborativamente el nuevo conocimiento y generar procesos de
análisis y discusión que generen el pensamiento crítico, tan necesario hoy en
día.
Los
anteriores son los criterios para evaluar para aprender más relevantes a tomar
en cuenta y que deben permear todo el proceso de enseñanza-aprendizaje.
Conclusiones
A continuación se ofrecen algunas conclusiones. En definitiva,
la evaluación de los procesos de enseñanza-aprendizaje es un elemento vital
para la generación de conocimiento y pensamiento crítico. Seguidamente se hace
una recapitulación de los principales conceptos de este resumen. Los siguientes
criterios fueron considerados: 1- evaluación como parte de un todo, y no un fin
en sí mismo 2- inclusión en los procesos educativos de la autoregulación y la
autoevaluación 3- la evaluación como precursora del aprendizaje 4- evaluación
formativa y continua para la vida 5- evaluación formativa y continua para la
vida y 6- trabajo colaborativo para aprender a aprender. Estos criterios fueron
discutidos y son los más significativos para evaluar para aprender. Ahora bien, lo aprendido del tema se puede resumir de la
siguiente forma. La evaluación es un elemento que forma parte integral del acto
educativo, no es un fin en si mismo. La dimensión formativa de la evaluación es
tan relevante como la sumativa. Debemos como docentes liderar una discusión
nacional que considere las implicaciones de una oferta evaluativa que responda
a los intereses y necesidades del estudiantado y su efectiva implementación –
flaco favor le haríamos a nuestra sociedad si ignoramos esta realidad
educativa. Sin
ser exhaustivos y dentro de las alternativas factibles de solución, podríamos
proponer un plan piloto que se derive del análisis de esta discusión nacional.
También, la capacitación juega un papel preponderante al generar conciencia
sobre la construcción del concepto de evaluación enfocado en los estudiantes
como eje central del proceso educativo. Finalmente, las esferas políticas deben
necesariamente considerar los nuevos paradigmas educativos para generar los
espacios de reflexión para la construcción de una propuesta nacional de
evaluación.La
evaluación educativa que busca comprender y analizar el acto educativo, generar
información y servir de base para la toma de decisiones, también implica
interacciones sociales de altísima complejidad en las cuales los actores de los
procesos de enseñanza-aprendizaje participan en forma activa y decidida. Es
aquí precisamente donde el concepto de evaluación educativa juega un papel
absolutamente primordial en la generación de conocimiento y pensamiento crítico
y todas las implicaciones que este proceso conlleva.
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